Parafraseando el viejo adagio, cuando la economía estornuda, el
mercado de trabajo se constipa. En España, el enfriamiento de la
economía es una realidad palpable y sus síntomas más evidentes son el
frenazo en el ritmo de creación de empleo y en la reducción del paro. Un
diagnóstico que ayer se vio abonado por los datos de regulación de
empleo publicados por el Ministerio de Trabajo.
Entre enero y noviembre del año pasado, los trabajadores
afectados por un expediente de regulación de empleo (ERE) se dispararon
hasta los 77.359, un 23,5% más que en el mismo periodo del año anterior.
Aunque la fórmula más utilizada por las empresas fue la suspensión
temporal de contratos, con 47.571 afectados (el 61,5% del total), un
15,3% más que en 2018, los despidos colectivos fueron, con diferencia,
los que más crecieron: un 51,9%, hasta los 27.525 trabajadores, unos
9.400 más que entre enero y noviembre de 2018.
Grandes empresas
Este aumento en el número de despidos tuvo lugar en un
contexto en el que grandes compañías de diferentes sectores, como las
telecomunicaciones, la automoción o el financiero, realizaron
importantes ajustes, que, en conjunto, afectaron a más de 6.000
empleados. Así, Vodafone adelgazó su plantilla en algo menos de 1.000
trabajadores entre bajas voluntarias y forzosas. Más enérgicos fueron
los ajustes en el sector bancario, donde Santander redujo sus efectivos
en unos 3.000 empleados como consecuencia del ERE acordado con los
sindicatos tras la integración de Popular, mientras que CaixaBank
amortizó unos 2.000 puestos de trabajo.
En el sector del automóvil, las estadísticas se vieron
engrosadas por los EREs temporales aplicados por Ford en su planta
valenciana de Almussafes, unos datos que, previsiblemente, seguirán
creciendo en los próximos meses en una industria inmersa en un proceso
marcado por la transición ecológica y los cambios en la movilidad. Así,
sobre la planta de Nissan en Barcelona planea un expediente que podría
afectar hasta 600 trabajadores, mientras que los 760 puestos de trabajo
de Continental en su factoría de Rubí (Barcelona) están en el aire en
tanto negocia la venta de la planta.
Los empleados de la industria manufacturera fueron los más
afectados por EREs, con un total de 45.062 trabajadores, la mayoría por
la vía de la suspensión temporal de contrato (36.526), en un entorno de
menor dinamismo de las exportaciones y de menor confianza en la
economía.
Por comunidades, Valencia lideró el ránking, con 26.031
trabajadores afectados, de los cuales 23.268 lo fueron por expedientes
temporales, recogiendo en buena medida el efecto de los ERTE aplicados
por Ford en Almussafes.
A continuación se sitúa Cataluña, con un total de 10.068 trabajadores afectados (un 69,7% más), mientras que Madrid ocupa el tercer lugar con 9.807. Sin embargo, en el caso de la región madrileña, el dato supone un descenso del 12,1% respecto a los once primeros meses de 2018.
Fuente: Expansión