El Consejo de Ministros da hoy luz verde a los anteproyectos de ley que crean las ‘tasas Google’ y ‘Tobin’, que entrarán con retraso en el Congreso para su tramitación. Queda pendiente la validación del anteproyecto de lucha contra el fraude.
El Gobierno aprobará hoy en el Consejo de Ministros los anteproyectos de ley que crean las tasas Google y Tobin,
que suponen un golpe fiscal de 2.050 millones para las empresas, y que
entrarán con retraso en el Congreso para su tramitación. Estaba previsto
que los impuestos operaran desde enero y, en último término, que
hubieran entrado en el Congreso en diciembre. Queda pendiente la
validación del anteproyecto de lucha contra el fraude, que se aprobará
más adelante.
Estos dos impuestos, que crea España en solitario y sin
esperar a los proyectos de la UE al respecto, van en paralelo a los
Presupuestos pero su impacto se incluye en el plan presupuestario que
entró en el Congreso el lunes. El Consejo de Ministros ya estudió estos
anteproyectos, junto con el del fraude, en octubre del pasado año como
paso previo a su apertura a audiencia pública, que concluyó en
noviembre.
El impuesto sobre determinados servicios digitales, que prevé
recaudar unos 1.200 millones de euros, establece un gravamen del 3%
sobre los ingresos obtenidos por publicidad, servicios de intermediación
y venta de datos online. El tributo se liquidará trimestralmente y se
aplicará a las tecnológicas que facturen más de 3 millones de euros en
España y 750 millones en el resto del mundo. Según el texto, la ley
entrará en vigor a los tres meses de su publicación en el BOE.
La normativa prevé sanciones de hasta el 0,5% del importe
neto de la cifra de negocios para las empresas que traten de ocultar la
ubicación del usuario de esos servicios mediante el falseamiento u
ocultación de la dirección IP. Y de hasta 15.000 euros para el caso de
personas o entidades que no desarrollen actividades económicas.
Hacienda estima que el impuesto sobre determinados servicios digitales o tasa Googleva
a recaudar al menos 100 millones de euros de las empresas de telefonía.
Así lo detalla en la Memoria de impacto normativo del anteproyecto de
Ley. “Para contrastar la estimación anterior, por parte de la Agencia
Estatal de Administración Tributaria se han efectuado estimaciones
parciales a partir de la información contenida en la base de datos
Orbis”, dice. Así, en el caso de las empresas de telefonía, razona el
texto, “simplemente considerando que un 10% de sus operaciones pueda
quedar sujeto, la recaudación podría situarse en torno a 100 millones,
sin que esta metodología se pueda extender con facilidad a otros
sectores, con independencia de que todo haga presumir que el impacto
para las grandes multinacionales cuya actividad básicamente se produce
en el ámbito digital pueda ser muy superior”.
Por su parte, el impuesto sobre transacciones financieras,
que prevé recaudar 850 millones de euros, consiste en un gravamen del
0,2% sobre las operaciones de compraventa de acciones de empresas
españolas con una capitalización bursátil superior a 1.000 millones de
euros, que cada año aparecerán recogidas en un listado que publicará
Hacienda. También entrará en vigor a los tres meses de su publicación en
el BOE.
La tasa Tobin no afectará a las salidas a bolsa,
reestructuraciones empresariales, operaciones entre sociedades del mismo
grupo ni cesiones temporales, la deuda y los derivados. El encargado de
liquidar será el intermediario financiero, con independencia de la
residencia de las personas o entidades que intervengan en la operación.
Habrá una declaración anual y una liquidación mensual.
La tasa gravará también las operaciones intradía. Esto es, se aplicará sobre la compra y posterior venta de acciones que se realice en un mismo día, si bien la base imponible se establecerá a partir del saldo neto de los valores adquiridos. La inclusión de estas operaciones intradía es el principal argumento para explicar la elevada recaudación respecto a la obtenida en otros países. Originariamente se pensaba emplear para financiar la subida de las pensiones.
Fuente: Expansión