La tasa de paro baja del 14% por primera vez desde 2008. En el tercer trimestre se crearon 69.400 empleos y el paro descendió en 16.200 trabajadores, las peores cifras en dicho periodo en siete años.
El progresivo enfriamiento de la economía se trasladó con claridad al
mercado de trabajo en el tercer trimestre del año. Tanto la creación de
empleo, como el descenso del paro, experimentaron un frenazo brusco en
dicho periodo, según la Encuesta de Población Activa del trimestre
comprendido entre julio y septiembre, difundida ayer por el Instituto
Nacional de Estadística (INE).
La economía crece con un ritmo del 2%, en tasa interanual,
que es la cifra más moderada desde el cuarto trimestre de 2015. Entre
julio y septiembre de 2018, el PIB aumentó un 2,2%, dos décimas menos
que el 2% del segundo trimestre de este año, que es el último dato
conocido.
En este contexto, entre julio y septiembre, la economía creó
69.400 empleos. Es decir, un 0,35% más que el trimestre anterior. Pero
sólo un 0,09%, si se descuentan los efectos de las vacaciones de verano
en el empleo. Es decir que si no fuera por el turismo y sus alrededores,
en el tercer trimestre del año habría habido destrucción de empleo.
Es el crecimiento del empleo más moderado en ese trimestre
desde 2013. Incluso, representa casi tres veces menos que en el tercer
trimestre de 2018, cuando la ocupación creció en 183.900 personas, y
está muy por debajo de los 236.000 empleos generados en el mismo periodo
de 2017. Entonces, la economía crecía a una tasa interanual del 2,8%.
Si se observa la evolución del empleo en términos anuales, la
tasa de variación en el tercer trimestre fue del 1,77%, la más baja
desde que terminó la depresión económica y comenzó la recuperación. En
cifras absolutas, la ocupación aumentó en 346.300 personas.
La industria
Entre julio y septiembre, en plena temporada estival, el
empleo aumentó en 87.700 personas, y en 51.200, en la industria, pese a
la desaceleración de la exportación. Sin embargo, a este crecimiento del
empleo en ambos sectores hay que restarle la destrucción de la
ocupación en la agricultura, con 63.000 empleados menos, y en 6.500, en
la construcción.
El dato es que el sector público creó casi la mitad del
empleo generado en el tercer trimestre: 34.200 de los 69.400 puestos de
trabajo. Es el resultado de la importante oferta de empleo público que
se ha puesto en marcha en los dos últimos años, y de las sucesivas
elecciones en todas las administraciones que cambiaron de color
político. El sector privado aumentó en 35.200 personas en el tercer
trimestre.
Pese a todo, la cifra total de ocupados es de 19.874.300
personas, la más alta de los últimos once años, pero lejos aún, en un
millón de empleos, de los 20,7 millones de ocupados que llegó a tener
el mercado de trabajo en 2007, cuando comenzó la depresión económica. En
estas circunstancias, el paro bajó en el tercer trimestre en 16.200
personas, lo que supone un recorte del 0,5% respecto al segundo
trimestre. Es el recorte del desempleo más moderado en dicho trimestre
desde 2012. En el mismo periodo de 2018 el paro bajó en 164.100
personas, y llegó a caer en 300.000 trabajadores en el tercer trimestre
de 2015 .
Sin embargo, descontando los efectos de la temporada estival en el mercado laboral, el desempleo aumentó un 1,72% respecto al segundo trimestre. Es decir, un punto más que en el trimestre anterior. Por lo tanto, si no hubiera sido por la actividad turística, el paro habría aumentado entre julio y septiembre. Es el reflejo de la debilidad del mercado de trabajo en el contexto del enfriamiento económico. Por sectores, en el tercer trimestre del año, el desempleo descendió en la industria en 15.800 personas, y en 8.600, en el sector servicios. En cambio, el paro aumentó en la agricultura, en 20.000 personas, y en 3.100, en la construcción. En el último año, el paro bajó en 111.600 personas. La cifra total de desempleados es de 3.214.400, con lo que la tasa de paro es del 13,92%. Es la primera vez en diez años que baja del 14%.
Fuente: Expansión