Los partidos ‘pequeños’ se hacen fuertes en Europa

Crisis de los partidos tradicionales/ Podemos, la formación de Pablo Iglesias, se convierte en la cuarta fuerza más votada con 1,2 millones de votos y cinco europarlamentarios. UPyD aumenta sus escaños de uno a cuatro y Ciutadans consigue dos representantes. La participación aumentó seis décimas, aunque se quedó en un 45,58%, ligeramente por encima de la media europea.

Podemos, el partido de izquierdas de nuevo cuño liderado por Pablo Iglesias, consiguió anoche cinco escaños en el Parlamento Europeo. Una formación surgida de los rescoldos del movimiento del 15M que se estrenó en unas elecciones con más de 1,2 millones de votos, el 7,93% de los sufragios totales. Fue la cuarta fuerza más votada en España y la tercera en Madrid.

El partido de Iglesias se ha fijado como objetivo “convertir la indignación en poder político de ruptura con la actual situación, que (…) suponga una amenaza real para el régimen bipartidista del PP y del PSOE”, los cuales “han secuestrado”, a su juicio, la democracia. Su líder compareció anoche sin atisbo de euforia ya que, según sañaló, “por ahora no hemos conseguido nuestro objetivo que es formar una alternativa de Gobierno”. Añadió que “mañana seguirá habiendo seis millones de parados y desahucios por lo que, a partir de mañana, trabajaremos con otros partidos del sur de Europa para decir que no queremos ser una colonia de Alemania”.

Podemos fue uno de los ganadores de la noche, junto con UPyD, que pasó de contar con un europarlamentario a disponer de cuatro asientos en Estrasburgo. La formación de Rosa Díez consiguió el 6,46% de las papeletas, casi un millón y superó, con creces, sus mejores expectativas.

La tercera de las formaciones protagonistas de la noche fue Ciutadans; la lista encabezada por Javier Nart irrumpe en el Parlamento Europeo con dos escaños y cerca de medio millón de votos. Primavera Europea, que incluye a Equo y Compromís junto con otros partidos, se sumó a la fiesta tras conseguir su primer escaño en el Parlamento Europeo. Otras formaciones que debutaban en estos comicios, como Vox, por ejemplo, se quedaron fuera del hemiciclo europeo a pesar de haber cosechado 240.000 votos.

La crisis económica, los sucesivos escándalos de corrupción política y, sobre todo, la crisis política en la que se han sumido los dos grandes partidos, PP y PSOE, han favorecido esa dispersión del voto, que se ha destinado a partidos que ofrecen recetas alejadas de las tradicionales.

Poco después de conocerse los resultados y el varapalo cosechado por los dos grandes partidos, la candidata socialista, Elena Valenciano, reconoció en Ferraz que los resultados del PSOE fueron “malos”. Desde el PP, su secretaria general, María Dolores de Cospedal interpretó la exigua victoria popular como un apoyo expreso al Gobierno en un contexto en el que se han tenido que tomar decisiones difíciles.

Mayor participación

La participación se quedó en el 45,58%. La cifra es seis décimas superior a la registrada en los comicios de 2009. Se trata, por lo tanto, de un avance muy tímido, pero que podría haber sido incluso más escueto, de no ser por el espectacular incremento de la participación registrado en Cataluña: un 47,44% de los catalanes acudió a las urnas; la cifra se situó dos puntos por encima de la media nacional y diez puntos por arriba del porcentaje documentado en las elecciones de 2009. La mayor movilización de los electores catalanes respondió a la llamada a las urnas que los partidos independentistas llevaron a cabo durante la campaña para que sus simpatizantes demostraran en las urnas el impulso del soberanismo.

En términos porcentuales, La Rioja fue la región donde más ciudadanos han participado en los comicios, un 49,97%, seguida de la Comunidad Valenciana, con un 49,61%, y Castilla y León, con un 48,49%. Les siguieron Madrid, donde votó un 48,10%, Cataluña, Castilla-La Mancha, Cantabria. Aragón y Navarra, todas con una participación por encima del 46%. En la parte baja de la tabla, Ceuta fue la comunidad donde menos gente votó (26,85%), seguida de Canarias, Melilla y Baleares.

La participación en España se situó ligeramente por encima de la media de la Unión Europea, donde se alcanzó el 43,11. Se trata de un ligero ascenso frente al 43% de participación que se registró en el año 2009. De este modo, se rompe la tendencia a la baja, que ha sido una constante durante los últimos 20 años.

Las participaciones más altas, en torno al 90% se dieron en Bélgica y Luxemburgo. En ambos países votar es obligatorio. Los países con menos participación fueron República Checa (19, 5% y Eslovaquia (13 %). Los datos de Alemania (47,9%) y Francia (40,63%) estuvieron más en línea con los datos españoles.

Los principales partidos políticos recurrieron durante la campaña a argumentos nacionales para movilizar a los votantes. Los populares, esgrimiendo la bandera de la recuperación económica; los socialistas, apelando a la recuperación del Estado del Bienestar y aprovechando el desliz el cabeza de lista del PP, Miguel Arias Cañete, cuando aseguró que debatir con una mujer es “muy complicado” porque si el hombre hace un “abuso de superioridad intelectual” da una impresión “machista”.

Las palabras de Cañete –que seis días después pidió disculpas–, no sólo dieron argumentos a los socialistas, sino que otorgaron algo de notoriedad mediática a una campaña de perfil bajo, muy eclipsada por acontecimientos ajenos, como el asesinato de la presidenta de la Diputación de León, Isabel Carrasco o la clasificación del Real Madrid y del Atlético de Madrid, para jugar la final de la Liga de Campeones.

Fuente: Amaia Ormaetxea. Expansión.