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Antonio Garamendi, presidente de Cepyme y vicepresidente de la CEOE, resucitó ayer una de las viejas demandas de la patronal, que tantos problemas le ha originado en el pasado con los sindicatos y con la izquierda política.
El dirigente empresarial apostó por avanzar hacia el “despido libre”, en el sentido de una “flexibilidad en grande”, tanto en la entrada como en la salida de la empresa, así como por abaratarlo. “Hay que ir por esa linea y los sindicatos lo saben. La flexibilidad ha de ser geográfica, funcional y que facilite entrar y salir” del mercado laboral.
En el seminario sobre El nuevo modelo económico. Lecciones de la crisis, organizado en Santander por la Universidad Internacional Menéndez Pelayo, la Asociación de Periodistas de Información Económica y patrocinado por BBVA, Garamendi defendió la necesidad de que el empresario tenga más facilidades para despedir a los trabajadores sin tener que justificar su decisión ante los tribunales. Es decir, más flexibilidad a la hora de ejecutar la rescisión de contratos, aunque, como ocurre ahora, tenga que abonar una indemnización al empleado.
El también presidente de Cepyme, puntualizó: “No hablo de despido gratuito, sino de flexibilidad en la entrada y salida de la empresa. No estoy entrando en el coste, aunque es elevado para muchas empresas, no he dicho que el despido sea libre con indemnización cero”. El empresario también defendió que sea cada vez mayor la parte del salario ligada a la productividad de la empresa y a los beneficios. “Los salarios tienen que ir más a la parte variable”, dijo quien junto al presidente de la CEOE, Juan Rosell, ha cerrado con los sindicatos un acuerdo para los convenios en 2016 y 2017. Las subidas pactadas son hasta un 1%, este año, y hasta un 1,5%, en 2016.
Fuente: Expansión