Montoro rectifica y no impedirá a las empresas deducirse los despidos

reforma fiscal. El ministro se compromete con los agentes sociales a retirar el ‘golpe’ a las empresas y a elevar la cantidad exenta que tributarán los trabajadores despedidos, aunque sigue sin concretar cifras.

El anuncio que hizo el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, en la noche del jueves de que quería plantear que las empresas no se puedan deducir los despidos en el Impuesto sobre Sociedades ha durado menos de cuatro días. Según admitió ayer el secretario de Estado de Hacienda, Miguel Ferre, a la salida de la reunión que mantuvieron con patronal y sindicatos, el Gobierno ha decidido retirar la medida, que los agentes sociales, incluidos los sindicatos, destacó, le criticaron como poco oportuna. Según ha podido saber EXPANSIÓN, la oposición que exhibieron patronal y sindicatos a la medida ayer fue total, con lo que Hacienda tuvo que rendirse a la evidencia. El Fisco insistió ayer de nuevo en que elevará la cantidad exenta de tributar en el IRPF aunque no concretó cuánto.

La propuesta en Sociedades era acompañar la nueva tributación del IRPF para el trabajador con la no deducibilidad para la empresa, probablemente con la misma cantidad exenta, ya que según apuntó Montoro el jueves, “una medida de este tipo evitaría que fueran los contribuyentes los que pagaran parte de los despidos”.

Sin embargo, este planteamiento causó estupor y preocupación entre expertos y fiscalistas, que según recogió este diario el viernes y el sábado, advirtieron de que impedir que las empresas se deduzcan los despidos reduciría las contrataciones. Es la reflexión común que han hecho las principales plataformas de asesores y los inspectores de Hacienda. Los sindicatos, de hecho, no descartaban que se tratara de un globo sonda para erosionar la unidad que mantienen con la patronal contra el golpe al despido.

Los fiscalistas creen que la no deducibilidad del despido puede vulnerar el principio constitucional de capacidad económica y supone doble imposición. Y, sobre todo, alertaron de que la iniciativa encarecería los despidos, reduciría la contratación y complicaría la contratación de empleados fijos porque los temporales apenas tienen indemnización. Desde 1 de enero de 2013 las empresas no se pueden deducir las indemnizaciones de más de un millón de euros, una medida que fue muy criticada pero que se circunscribe a salidas de altos directivos.

Hacienda volvió a manifestar ayer su intención de elevar el mínimo exento de 2.000 euros por año trabajado pero no concretó la cantidad, que según adelantó este periódico el 26 de junio rondaría los 4.000 euros por año. Ferre apuntó que la nueva cifra se conocerá en el plazo aproximado de una semana, por lo que el Anteproyecto de la reforma fiscal no se aprobará este viernes 18 de julio, como estaba previsto, sino el siguiente, el 25 de julio.

Ferre descartó ayer la posibilidad de que la indemnización se vea influida por una ponderación de la edad del despedido, frente a la opinión de los sindicatos que han recalcado que el Ejecutivo sí estudiará esta propuesta. El pasado jueves desde Hacienda se trasladó esta posibilidad, que el propio Anteproyecto de Ley anuncia en su Exposición de Motivos pero que luego el articulado no desarrolla. Ferre aseguró ayer que la propuesta actual ya favorece al trabajador con mayor antigüedad, ya que explicó que el cálculo se aplica sobre el número de años trabajados. Es probable que esta medida fuera ligada a que el despido no fuera deducible.

Ferre no se mostró ayer proclive a elevar la cantidad exenta a los 180.000 euros que tienen País Vasco y Navarra. Para el secretario de Estado, la tributación del despido no es un asunto importante comparado con el objetivo de la reforma, que haya más renta disponible, e insistió en que con el tope inicial de 2.000 euros, el 80% de las indemnizaciones seguirían exentas.

Fuente: Mercedes Serraller. Expansión.