“España no está en el punto de llegada, sino en el de partida”. Es el juicio que Ángel Gurría, secretario general de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), hace sobre España. Lo dijo ayer junto al ministro de Economía, Luis de Guindos, en la presentación del estudio que la entidad realiza cada dos años. Aunque las reformas de la economía española “llegaron tarde”, Gurría las ve con buenos ojos, y opina que los retos que el país tiene por delante “son más complejos”, no implican solo reducir el déficit. Se trata, a su juicio, de ser una economía realmente productiva. Y para ello lo primero es empezar a crear empleo.
Estima que el PIB crecerá un 1,2% este año. La organización pide a la banca que mantenga la contención en los dividendos, rebajar la fiscalidad del trabajo y mejorar las políticas de empleo para los menos cualificados.
“Se podría hacer más para dar prioridad al empleo y mantener una distribución justa de la carga impositiva”, sostiene el informe de la OCDE, que considera que actualmente la recaudación tributaria depende en gran medida de los impuestos sobre el trabajo, que son menos favorables al crecimiento y al empleo que los impuestos indirectos. Por lo tanto, la organización insiste en la receta de subir el IVA a cambio de bajar las cotizaciones sociales que pagan las empresas.
En este sentido, recuerda que el pasado marzo el Gobierno introdujo una rebaja de esas cotizaciones por medio de una tarifa plana de 100 euros al mes durante dos años para todos los contratos indefinidos que se firmen hasta el final del año. “Si bien el impuesto se ha reducido de forma general, la tarifa plana es regresiva e implica un impuesto mayor para los trabajadores con baja retribución”, indica la OCDE, que también señala que “no puede esperarse que medidas temporales vayan a estimular la contratación a largo plazo o los planes de inversión”.
Respectivo al IVA, la entidad dirigida por Gurría recuerda que, a pesar de que la base del tributo ya se amplió en 2012, sigue siendo “una de las más limitadas de las economías de la OCDE”.
En la rueda de prensa, Gurría defendió los ajustes salariales que ha realizado la economía española porque, sin éstos, “no se habría llegado a los resultados de hoy”. No obstante, admitió que “se podría haber llegado al límite” de esa bajada de sueldos, por lo que ahora sería el turno de un aumento de la productividad. De hecho, aseguró que una mayor eficiencia no sólo tiene consecuencias en mejores salarios, sino que es “absolutamente indispensable” para la competitividad y para que “a uno no le coman el queso los vecinos”.
Políticas de empleo
Con el objetivo de favorecer la creación de empleo (el paro afecta al 24,5% de la población activa), Gurría abogó por mejorar las políticas activas, sobre todo para dar oportunidades a los parados de larga duración y a aquellos con menores cualificaciones. En este sentido, ha recordado que el 50% de los parados sólo tiene estudios del primer ciclo de secundaria.
La OCDE también aporta sugerencias sobre el sistema financiero. Pese a que considera que los bancos españoles están preparados para superar los test de estrés del BCE, recuerda que la banca está expuesta a riesgos, principalmente por el entorno económico, la cantidad de deuda pública que tiene en balance y su excesiva dependencia de la financiación del BCE. Por esta razón, el informe recomienda a los bancos que mantengan una política de contención del dividendo, más allá de finales de este año. En 2013, el Banco de España recomendó en 2013 al sector que limitara el pago en efectivo a los accionistas a un 25% del beneficio y luego amplió la recomendación a este ejercicio.
Fuente: Yago González.Expansión.