La falta de Presupuestos mete presión a Sánchez para que adelante las elecciones

“NADA ES DESCARTABLE”. El Ejecutivo abre por primera vez la puerta a celebrar los comicios el próximo mayo, tras anunciar que ni siquiera llevará las Cuentas al Congreso. Podemos se prepara para un adelanto que reclaman PP y Ciudadanos.

Las elecciones anticipadas vuelven a emerger con fuerza en el horizonte de la política española. “Nada es descartable”, admitía ayer el ministro de Fomento, José Luis Ábalos, al ser preguntado sobre la posibilidad de un adelanto que haga coincidir las elecciones generales con las autonómicas y las europeas. 

El secretario de Organización del PSOE, responsable también de coordinar el comité electoral del partido, reflejaba así el pesimismo cada vez más extendido tanto dentro del Gobierno como entre sus socios acerca de la posibilidad de convencer a las formaciones catalanas –ERC y PDeCAT– para apoyar las Cuentas. “Nuestro no a los Presupuestos es definitivo”, insistía ayer el presidente del PDeCAT, David Bonvehí. 

Debido a esta falta de apoyos, el propio Sánchez anunciaba el pasado sábado que no llevará el proyecto presupuestario al Congreso, aduciendo que “no vamos a marear a los españoles”. Un pretexto tras el que pretendía camuflar los problemas legales, políticos y de coherencia que tanto para él como para su Ejecutivo supone esta vía. 

Y es que, en primer lugar, el Gobierno estaría obviando el artículo 134.3 de la Constitución, donde se establece que “el Gobierno deberá presentar ante el Congreso de los Diputados los Presupuestos Generales del Estado”. A esto aludía ayer una de las personas con más peso en el Gabinete, el ministro de Exteriores Josep Borrell, recordando que “lo normal” es presentar el proyecto de ley para que “la Cámara se pronuncie”. 

Con la no presentación de las Cuentas, el líder socialista no sólo estaría contraviniendo a la Constitución, sino también a sí mismo. Hace apenas unos meses, cuando era el jefe de la oposición, el propio Sánchez reclamaba a Rajoy que se sometiera a una moción de confianza o convocara elecciones si no conseguía aprobar los Presupuestos (ver información adjunta). 

Actualmente, el Gobierno insiste en que su intención es sacar adelante las principales medidas mediante decretos-ley (ver información adjunta). Además de retorcer aún más la legalidad –la Constitución reserva éstos para casos de “extraordinaria y urgente necesidad”–, implicaría que el Ejecutivo tendría que gobernar sobre la base de unas Cuentas –las de 2018– que ni siquiera diseñó. Una paradoja que pondría aún más en evidencia la debilidad parlamentaria del Gobierno tras la ruptura de la frágil coalición que apoyó a Sánchez en la moción de censura. Además, aunque se pudieran aprobar algunas de las iniciativas con más aceptación social, esta situación también imposibilita en la práctica la aprobación de un paquete integral de medidas que permitan a España cumplir sus metas de déficit. 

Este cúmulo de factores es lo que ha provocado que, por primera vez, un miembro del “núcleo duro” de Sánchez abriera la puerta al adelanto electoral. El propio presidente no descartaba esta posibilidad cuando, al ser preguntado por las declaraciones de Ábalos, afirmaba que ha “dicho una cosa de mucho sentido común, y ha señalado esa fecha como ha señalado otras”. No obstante, recordaba, “la facultad de convocar elecciones corresponde al presidente del Gobierno”. 

Estas señales han encendido las alarmas en el principal socio del Ejecutivo, Unidos Podemos. Pablo Iglesias decidió ayer convocar de urgencia para el próximo viernes al principal órgano de dirección de su partido, el Consejo Ciudadano Estatal, para definir su estrategia ante este posible adelanto. “Queremos que salgan adelante los Presupuestos pero si esto no tiene lugar y hay convocatoria electoral, saldremos a ganarlas”, manifestaba el secretario de Organización de los morados, Pablo Echenique, quien se mostraba partidario de este adelanto antes que de prorrogar las Cuentas del PP. 

Por contra, los partidos de la oposición –PP y Ciudadanos– se sienten reforzados en una reclamación que llevan realizando desde que Sánchez llegó al Gobierno. “Coincido con el señor Ábalos por una vez, creo que cuanto antes se deben convocar elecciones”, declaró ayer el líder popular, Pablo Casado. Por parte naranja, Inés Arrimadas pedía urnas “lo más pronto posible”, porque el Ejecutivo “ya no aguanta más”. 

Las repercusiones llegan también al propio PSOE. Así, el presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García Page, se mostró ayer contrario a fijar las generales el 26 de mayo, para evitar que coincidan con las autonómicas. Asimismo, el presidente valenciano Ximo Puig está dispuesto a adelantar los comicios en su comunidad para evitar esta coincidencia. Los barones confían en influir en la decisión final de un Gobierno que por ahora no parece tener una hoja de ruta clara, a la espera de los resultados de las próximas elecciones andaluzas.