El sueldo no vale tanto como para quedarse en una empresa

Sentirse valorados y apreciados es una prioridad para los profesionales y condiciona su fidelidad laboral. El sueldo y los beneficios sociales no influyen en su día a día y, por tanto, no mejoran su motivación.

Goldman Sachs corre con los gastos de las operaciones de cambio de sexo a las que se someten sus empleados; Facebook ofrece alojamiento a sus becarios; Reebok cuenta con un gimnasio en sus instalaciones; e Ikea otorga a sus empleados cuatro meses de baja por paternidad…

Según Glassdoor, un foro online en el que los empleados discuten sobre sus remuneraciones, estas son algunas de las mejores prestaciones de las compañías estadounidenses. Sin embargo, este tipo de privilegios no satisfacen del todo a los trabajadores. De hecho, valoran más los beneficios tradicionales, como las pensiones, los seguros médicos (sobre todo, en Estados Unidos) o los permisos retribuidos.

El dinero no lo es todo

El sueldo también desempeña un papel importante, pero sólo a la hora de buscar un nuevo empleo. “Cuando se busca trabajo, el sueldo y los beneficios son lo único que se tiene en cuenta”, declara Andrew Chamberlain, economista de Glassdoor. “Pero una vez que se obtiene un empleo, ni el salario ni los beneficios influyen en el día a día”. Por lo tanto, si las clases de yoga, los videojuegos, los gimnasios o los servicios de lavandería no consiguen aumentar la motivación, la productividad y la satisfacción de los empleados, ¿qué se puede hacer?

Según Glassdoor, los tres aspectos más importantes son que la compañía cuente con una buena gestión; que la empresa comparta los mismos valores que sus empleados; y las oportunidades profesionales.

Leon Grunberg, profesor de Sociología en la Universidad Puget Sound, que durante 20 años ha realizado un estudio sobre los trabajadores estadounidenses (en especial, sobre los ingenieros aeronáuticos de Boeing), está de acuerdo con estos aspectos. En su estudio concluye que para los empleados es esencial “sentirse valorados y apreciados en el trabajo”.

Karie Willyerd, encargada del servicio de atención al cliente en la empresa de software SAP, opina que cada vez es más importante ofrecer un desarrollo profesional para que los empleados no abandonen sus puestos de trabajo: “Esto no significa que otros aspectos, como los períodos de vacaciones, carezcan de importancia, pero lo principal son el sueldo y el desarrollo profesional”.

Estas prioridades suelen cambiar a medida que los salarios van aumentando. Para Chamberlain, las personas con mayores sueldos se preocupan de problemas a largo plazo, como la gestión y el crecimiento; mientras que los peor pagados se centran en el día a día y en conciliar su vida familiar con la laboral.

Las empresas tecnológicas y de servicios financieros son las que han impulsado estos beneficios tan poco convencionales para atraer al personal más cualificado. Por su parte, Chamberlain opina que esta tendencia no durará mucho más tiempo, puesto que los gigantes tecnológicos están optando por negocios tradicionales.

Fuente: Expansión